RENFE hace 80 años usaba mano de obra esclava

Charo Arroyo. Coord. Comisión de Memoria Libertaria de CGT.

El 24 de enero se cumplieron 80 años de la constitución de la empresa pública RENFE. Hasta ese momento la red ferroviaria estaba estructurada por rutas que explotaban distintas compañías ferroviarias (como quieren llevar a cabo después de 80 años y muchos miles de pesetas y euros invertidos en una infraestructura moderna y del siglo XXI para el transporte por tren). En su celebración no hay ningún reconocimiento a los que trabajaron redimiendo pena por el trabajo haciendo que la infraestructura ferroviaria de hoy tenga su sustento en las grandes obras públicas desarrolladas por aquellos hombres utilizados como mano de obra esclava.

Y es que así, para poder poder abrir nuevas líneas en cada una de esas compañías y el mantenimiento de las ya activas les fue muy útil la utilización de mano de obra esclava acogiéndose a la reducción de penas por el trabajo de los presos del franquismo. Presos que estaban hacinados en las cárceles en muchos casos sin condena efectiva sino que pasaban a las prisiones por no haber secundado ni apoyado el golpe de estado cometido por el ejército en el 36. También entre los que realizaban estos trabajos se encontraban los soldados republicanos, que constituían los batallones disciplinarios de soldados trabajadores que pasaban a formar parte de ellos por el hecho de ser soldados del ejército republicano.

Aunque desde el mismo momento del comienzo de la guerra ya empezó a usarse a los prisioneros para realizar obras de mantenimiento y de consolidación de las defensas militares para evitar la posible entrada de ayuda desde los Pirineos (construcción de defensas a lo largo de la frontera con Francia) fue al finalizar la guerra cuando se generalizó el uso de batallones de soldados republicanos prisioneros.

Así lo explica Fernando Mendiola en sus numerosas investigaciones sobre los trabajos forzados de los presos durante la guerra y el franquismo: <<Ya en 1937 tenemos constancia del ofrecimiento que el 20 julio de 1937 hace el Teniente Coronel Jefe del Servicio Militar de Ferrocarriles al director de la compañía MZA “para poder formar un plan de obras públicas en el que se aproveche el trabajo de los prisioneros de guerra y presos políticos”. Si bien este ofrecimiento fue rechazado inicialmente por la empresa aduciendo que “no tenemos en la actualidad ningún trabajo a que puedan aplicarse las disposiciones que se indican…”, durante 1939 más de 5.000 prisioneros trabajaron en infraestructuras ferroviarias de esa misma empresa>>.

Pero es que la utilización de mano esclava en las infraestructuras ferroviarias se desarrolló nada menos que durante 2 décadas. Así de beneficiosa le resultaba al Estado franquista como a las empresas (que a partir de 1941 era ya titular la empresa Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) esta explotación del enemigo vencido.

Este crimen contra los derechos humanos ha quedado impune, como el resto de los delitos franquistas, pero, además, ha sido ocultado e ignorado hasta fechas no muy lejanas por la Historia. La España “democrática” apenas conoce que la España destruida por la guerra fue restaurada por mano de obra presa sometida a trabajos forzados lejos de su lugar de nacimiento o residencia y cumpliendo condena por no ser afecto al régimen. Las empresas privadas, el ejército, la Iglesia, la Administración del Estado, etc podían solicitar la utilización de mano de obra de presos al Patronato para la Redención de Penas por el Trabajo. Gracias al trabajo en grandes obras de infraestructuras se construyeron pantanos, canales de riego, carreteras, helipuertos y aeropuertos, trabajos en minas, etc. No había ocupación excluida de la utilización de mano de obra presa. Como ha sido la utilización de las presas como servicio doméstico en las casas de familias ricas o la realización de manufacturas textiles que las monjas que estaban al cargo de las presas vendían para lucro propio.

Todos esos trabajos forzados de los que fueron víctimas las personas que sufrieron represión por parte del franquismo deberían haber sido reparadas ya con la ley de memoria de 2007. Pero se quedó en una simple alusión a la existencia de trabajos forzados. En la nueva ley que se deberá aprobar en este 2021 debería recogerse la reparación por parte de las empresas que hicieron sus grandes fortunas a costa de la sangre de quienes trabajaron para ellas, en régimen de esclavitud, sometidas al cumplimento de una pena por el mero hecho de pertenecer a un partido o sindicato o, simplemente, porque no luchó en el bando nacional durante la guerra.

En el anteproyecto presentado por el Gobierno se dice que se va a realizar un inventario de las obras y señalamiento de los lugares. Desgraciadamente, pocas personas víctimas de este crimen siguen vivas, pero lo mínimo que se debería exigir a las empresas que se lucraron, entre ellas el propio estado con empresas públicas como esta RENFE octagenaria, la devolución a la sociedad de las ganancias obtenidas con el sudor y los sufrimientos de nuestros antecesores en la defensa de la libertad y la igualdad. Al igual que las empresas alemanas repararon a quienes fueron explotados por el régimen nazi a través del trabajo en estas empresas así debería ser en España.

Ya denunciamos en Argentina estos delitos y esperamos que sean imputadas las personas responsables actuales de aquellas empresas asumiendo la culpabilidad de estos crímenes, ahora esperamos que sean investigados en España